No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los dones espirituales; Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo (1 Corintios 12.1; 4-6).
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros (Efesios 4.11).
INTRODUCCIÓN
Existen dos posturas teológicas con respecto a los dones espirituales. Los que dicen que los dones ya cesaron (postura cesionista) y los que opinan que TODOS los dones siguen vigentes. El apóstol anima a los corintos que no ignoren acerca de los dones espirituales. Ignorar del griego agnoéo, que se traduce como no saber (por falta de información o inteligencia), desconocer (por desagrado).
La idea del apóstol es que sus discípulos deberían estar dispuestos en indagar, estudiar, ocuparse en el equipamiento de los dones espirituales. Enseñar acerca de los dones era una función apostólica. Porque deseo veros, para comunicaros algún don espiritual, a fin de que seáis confirmados (Romanos 1.11).
LOS DONES DE CRISTO
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres (Efesios 4.7-8).
El Señor Jesús después de tomar autoridad sobre todas las cosas en el cielo y la tierra, entrega dones a los hombres: Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros (Efesios 4.11). Estos son llamados los “cinco ministerios” o los “cinco oficios” de Cristo.
¿Cuál es el propósito de estos “dones de Cristo”? La respuesta esta en los siguientes versículos: (Efesios 4.12–16).
– Para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio.
– Para la edificación del cuerpo de Cristo.
Cada uno de estos cinco dones trabaja para perfeccionar a los santos para que cumpla con el propósito eterno por el cuál fue creado. En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad (Efesios 1.11). Predestinados, nuestro destino ya esta definido, Dios define el propósito para el cual estamos en este mundo.
También trabajan en la edificación de la iglesia, el cuerpo de Cristo, para asegurar que seamos perfectos en unidad (Juan 17.23), y cada creyente tenga un crecimiento espiritual continuo para llegar a la estatura de Cristo, esto nos asegura a estar bien cimentados en la verdad. En esta unidad, todos como un cuerpo, según la actividad de cada uno, crecemos edificándonos en amor.